«Varios años de terapias, distintas terapias. Y ya medio asumiendo que «es lo que hay». Partiendo de que Fran, su humor, buena onda e inocencia, la hacen única. Asertiva. Con cariño, pero con firmeza te hace ver las cosas desde otro punto de vista. Partimos obviamente hablando de la comida y mi relación con esta, para terminar hablando de los otros aspectos de mi vida, porque a diferencia de lo que uno piensa, soy más que lo que como y cuanto peso.

Pasó que la comida, si había tenido atracones o no, no era lo central de la sesión; a veces ni se hablaba de eso. Pero sí de quien soy, como me veo y me valoro, cómo me ven los demás o creo yo que me ven. Ella vio en mí, y permitió que yo pudiese abrazar, en parte, el ser amoroso que realmente soy. Y me entregó herramientas para enfrentar situaciones difíciles. Me ayudó a llevar el término de una relación, y poder acercarme y recomponer relaciones familiares que me dolían. Cuando ya sentía que había avanzado harto, le dije que, muy agradecida, decidía continuar mi viaje con una maleta llena de herramientas y aprendizajes, descubrimientos.

Y sé que estuve bien: hoy debo acompañar a mi madre en un cáncer de mamas que le detectaron, y me siento tan agradecida de poder hacerlo, tener la fuerza y amor para estar ahí con ella y para ella, y seguir sanando nuestra relación. Creo que, en otra instancia, me habría venido abajo. Hoy me siento capaz. Y feliz; lo veo como una oportunidad que la vida nos dio.

Gracias Fran. Por tu entrega, cariño, profesionalismo. Eres lo mejor.»